Literatura y Diseño: El Devenir de una Estrecha Relación que se dio a través de la Escritura

Luz Dari Roa Velásquez

Docente De Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana. Magister en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana y Docente Asociada de la Universidad Taller Cinco de Literatura

Resumen

El siguiente escrito pretende ser un estado del arte sobre la relación que se ha venido estableciendo en la historia de la humanidad, entre el diseño gráfico y la palabra escrita, específicamente la literatura, pero específicamente en cómo el diseño, ha sabido modificar la manera en cómo el sujeto se va sumergiendo en el campo de la lectura, gracias al valor agregado estético que ha sabido incursionar el diseño gráfico a los textos que se le muestran al individuo. En tal medida, las tecnologías anteriormente mencionadas, exigen que las sociedades apropien y lleven a cabo un sinfín de funciones, algunas mejoradas, otras nuevas, que se apoyan en las ventajas de la tecnología y, que en esencia, son la base de la evolución del intelecto y la cognición humana (Casanny, 2008). Por esta razón, se busca que en el siguiente escrito, se pueda hacer una lectura histórica de la manera en cómo las tecnologías han ayudado a la palabra escrita a ser un elemento fundamental en el desarrollo del ser humano, y cómo esto ha generado métodos didácticos concretos, con los que se busca la educación del ser humano en cada una de las etapas de la humanidad.

Palabras Clave: Lectura; Escritura; Literatura; Transformaciones de Diseño; Actualidad.

Abstract

The following writing aims to be a state of the art on the relationship that has been established in the history of mankind, between graphic design and the written word, specifically literature, but specifically how design has known how to modify the way in how the subject is immersing himself in the field of reading, thanks to the aesthetic added value that graphic design has managed to penetrate in the texts that are shown to the individual. To such an extent, the technologies mentioned above require that societies appropriate and carry out a myriad of functions, some improved, others new, which are based on the advantages of technology and, which in essence, are the basis of evolution of the intellect and human cognition (Casanny, 2008). For this reason, it is sought that in the following writing, a historical reading can be made and the way in which technologies have helped the written word to be a fundamental element in the development of the human being, and how this has generated didactic methods concrete, with which the education of the human being is sought in each of the stages of humanity.

 Keywords: Reading; Writing; Literature; Design Transformation; Current Affairs.

Introducción

Los procesos actuales del ejercicio lector dentro de los sujetos, está cargad de nuevos métodos de hacer llegar el texto al lector, y si bien, la linealidad del texto se ve afectada, en cierta medida, debido a la aparición del hipertexto –donde convergen distintos temas sobre nodos temáticos específicos, que aclaran los conceptos a trabajar, o la información contenida en estos- existe algo que es inherente a los textos y la manera en cómo se entregan a los lectores, y es lo que tiene que ver con el diseño de los distintos modos en los que se puede entregar un texto, y esto tiene que ver con la eficacia y eficiencia –hablando de diseño- con la que se le entrega al lector aquello que se desea que este pueda leer de manera cómoda.

De este modo, el presente estado del arte, que en cierto sentido pretende establecer la relación inherente de la que se está hablando, que se presenta entre la literatura y el diseño, grafico concretamente, trata de establecer una serie de antecedentes reflexivos sobre la importancia que ha tenido a lo largo de los años la implementación de ciertos rasgos atractivos dentro del diseño de los textos, desde el momento mismo en el que se hizo necesario plasmar los fonemas en caracteres, lo cual se llevó a cabo bajo preceptos de estética propios de las artes del momento, hasta el momento actual, en el que claramente las nuevas tecnologías han dado lugar a nuevas formas de diseño, en las que lo digital, ha ido posicionándose en el campo del diseño, en lo que respecta a la presentación de textos de todo tipo, para que la grafía o lo gráfico, sea un factor atractivo para sumir al sujeto en lo excelso de la lectura.

Para el desarrollo de este ejercicio reflexivo, fue necesario hacer una jerarquización de las ideas que se fueron generando a lo largo de los primeros acercamientos a las fuentes de información consultadas, que al final se organizaron en dos interrogantes concretos, que se convirtieron en la base de la investigación, y por ende del escrito que se presenta a continuación. ¿Qué relación hay entre la literatura y el diseño gráfico?; ¿cómo se evidencia esa relación en las prácticas de lectura y escritura y su nuevo orden actual?

Con la formulación de los interrogantes que dan forma al escrito, a continuación es necesario concretar la robustez de la investigación por medio de la organización temática del recorrido histórico, que puede considerarse como la fuente de la relación que se ha ido reforzando con el paso de los años, entre el diseño y la literatura, pasando por los primeros momentos de la escritura humana, seguido de la explicación de los aportes greco-romanos a la estética de los caracteres para la escritura, así como la importancia del scriptorium en la Edad Media, hasta el día de hoy, en la que las tecnologías han sido la fuente de una nueva tendencia grafica en lo que respecta a la presentación de la palabra escrita en medios digitales y su importancia para la educación.

Presentación de Resultados

Revisión de la Literatura

Teniendo presente la importancia que en la actualidad están teniendo en los procesos de lecto-escritura las nuevas tecnologías, y que cada vez es más importante hacerse a la idea que los procesos educativos se están permeando debido a dicha situación, es que se plantean la necesidad de hacer una reflexión alrededor de dicha situación, y esto es lo que se busca con la siguiente investigación que se propone a continuación. Así, bajo este panorama, es que se plantean dos interrogantes a ser trabajadas en todo el escrito propuesto en estas líneas, y que al dar respuesta a las mismas, busca hacer entender, de una manera más didáctica, las influencias que actualmente tiene la tecnología en los contextos educativos y pedagógicos, pero concretamente los que se llevan a cabo al momento de hacer adquirir al individuo las habilidades necesarias para que se dé en él un adecuado proceso de lecto-escritura.

Entonces, a la luz de un sistema cada vez más dinámico, que ofrece una y mil formas para la satisfacción de las necesidades, desde las más básicas hasta las más elevadas, en particular aquellas que están profundamente relacionadas con el arte y la expresión, se da a conocer una primera impresión sobre la honda estrechez innegable que subyace producto del encuentro entre literatura y diseño gráfico, que suele ser desconocida; así se llegó a un primer momento en el que se llevó a cabo una búsqueda de antecedentes en medio de los cuales se evidencia la relación que se da entre la literatura y el diseño gráfico.

Para ello se propone un esbozo en la primera parte de este artículo el punto de arranque el cual se introdujo en las primeras líneas y que, se toma como horizonte, dicho de alguna forma, para trazar el rumbo de esta investigación. Así, el panorama más cercano en la actualidad, es el que se hace evidente en éste sentido, el cual está repleto de objetos, de maquinarias novedosas, con funciones distintas, pero al tiempo, múltiples, de dispositivos, en palabras de Daniel Casanny, “de artefactos nuevos”; a los cuales la academia y las instituciones de enseñanza formal no son ni pueden ser ajenas. No obstante ¿de qué manera inciden estos artefactos, en la configuración y dinamización de la lectura y la escritura en el aula, y las personas?; ¿Opera la literatura bajo dinámicas o “presentaciones distintas “ante sus lectores? A estas preguntas se establece dar sentido en las líneas posteriores, manteniendo como ejes de fundamento a la presente investigación, los interrogantes arriba planteados.

 Para empezar a dilucidar este panorama se trae a colación la siguiente cita: 

  • Leemos más. Accedemos a más textos y participamos en más prácticas letradas. Se han creado artefactos escritos nuevos, se ha multiplicado y desarrollado la distribución de los viejos y se han desarrollado prácticas letradas que sustituyen formas habladas de interacción. 
  • Leemos de manera más diversa. Usamos artefactos más variados, en varios idiomas y con multimodalidad. Hoy los lectores actuales hacen cosas más diversas que hace solo unas décadas, cuando leer era una actividad mucho más homogénea.
  • Accedemos a textos de comunidades no familiares. Hoy leemos discursos de autores procedentes de etnias, culturas, idiomas, religiones, disciplinas y puntos de vista muy diferentes al nuestro mientras que hace solo unos pocos años solo podíamos leer textos escritos por hombres españoles, blancos, católicos, adultos y franquistas (Casanny, 2008, p.23).

A consecuencia de esta premisa, es pertinente señalar que estas transformaciones pueden comprenderse mejor a la luz de un fenómeno que hoy se conoce como ciberliteratura. El cual obedece a “toda obra literaria creada a partir de textualidad electrónica” (Goicoechea, citada en Castelló-Llantada 2018). Éste brinda a los nuevos usuarios la alternativa de narrar historias en la red agrupando texto, música, animaciones. Más la obra literaria, o ciberliteratura, no es el único fenómeno que evidencia la transformación anteriormente descrita, es también el plano lecto-escritural, el que en mayor medida ha experimentado tales cambios. Concretamente, la evolución de la escritura en hipertexto en las nuevas formas de creación literaria, esto es, la ruptura del texto con su modo lineal acostumbrado, y el hipermedia, conforme afirma Llantada (2018), textos en los cuales hay varios medios que convergen.

Sin embargo, detrás del panorama descrito anteriormente, cuya lógica reconoce la tendencia (cada vez más marcada) de plasmar, enunciar, de escribir, utilizando todos los recursos disponibles, propios de las tecnologías, que ayudan al fomento de la expresión, tales como gráficos, colores, textos descriptivos y alternativos, imágenes enriquecidas, existe una gran estrechez; entonces, es lógico que se establezca una profunda relación, casi implícita, entre la literatura y el diseño gráfico. A pesar de ello, dicha estrechez, es casi imperceptible, incluso en la actualidad.

Para ilustrar la afirmación anterior se inicia con la mención del trabajo de Eugenio Murillo Fuentes, como uno, si no, el antecedente fundamental de quien se hará mención en repetidas ocasiones, en tanto sirva para dar sentido a los interrogantes planteados en la parte inicial del texto.

Así pues, para el teórico Murillo Fuentes, hay una relación notable entre literatura y diseño, o mejor, entre diseño gráfico y literatura. Según lo confirma la cita: “El concepto “Diseño gráfico”, utilizado por primera vez en 1922, surge en estrecha relación con la producción de libros y con la creación literaria. No obstante, sus orígenes se remontan mucho tiempo atrás, a los albores del alfabeto” (Murillo-Fuentes, 2002, p.42).

Bajo dicho planteamiento, este artículo y los referentes que aparecerán citados en adelante, persiguen el propósito de dar a conocer de forma amplia, clara y sintética la importancia de dicha relación, la cual, como se ha mencionado, pasa casi desapercibida. Pese a que es tan antigua como la invención de la imprenta y la escritura misma. Al respecto García Rivera y Martos Núñez, sugieren:

Así pues, parece lejos de toda duda que la imagen no es un simple acompañante de la palabra sino un elemento que siempre ha estado soldado a ella, incluso en aquellos terrenos que más nos parecen competencia exclusiva del discurso verbal. Por ejemplo, diversos investigadores, como Mario Praz, vienen estudiando las relaciones entre literatura y artes plásticas. Desde las aleluyas del folklore infantil a la literatura de emblemas del Barroco, pasando por los múltiples cruces que generan los Vanguardismos, lo cierto es que ha habido una interconexión profunda entre el modo de expresarla imagen y el de expresar la palabra, entre un fresco románico y un milagro de Berceo, entre un cuadro politemático de Velázquez y un poema mitológico de Góngora, entre un cuadro simbolista y una rima de Bécquer o entre una pintura prerrafaelista y un soneto modernista de Manuel Machado (García-Rivera & Martos-Nuñez, 1993, p118-119).

En ese sentido se esbozarán a continuación algunos acontecimientos preliminares, los cuales forman parte del corpus de los múltiples antecedentes que permiten destacar la relevancia, al tiempo que pertinencia de esta relación interdisciplinar.

Así, el primero de los hechos que parecen dar fundamento a la relación temprana entre literatura y diseño es el propuesto por el finlandés M.M. Amstrom (citado en Murillo-Fuentes 2002), el cual niega que “el alfabeto latino fuese un préstamo del alfabeto griego” (2002, p.45). Por el contrario, éste, se deriva del alfabeto etrusco y “sirvió de enlace entre la escritura griega y latina” (Foldes, citado en Murillo-Fuentes 2002, p.45).

En el mismo sentido, el historiador norteamericano James Breasted, citado en Murillo-Fuentes, afirma que “la escritura es el acontecimiento con mayor influencia sobre el género humano” (2002, p.46), y rebasa cualquier otro acto asociado al intelecto; superando las fronteras entre historia y prehistoria.

Primeros Momentos de la Relación: Literatura y Diseño

Sin embargo, en la prehistoria no se contaba aún con muchos de los hallazgos de hoy, sobre todo en lo que respecta a la escritura, y menos con las formas gráficas que hacen posible la reproducción verbal; en otras palabras, la invención de la escritura rebasa las creaciones de cualquier época, incluso antes de haber convivido ella misma con los medios gráficos, los cuales hacen posible que la podamos leer e interpretar. De hecho, el autor precisa que de los primeros registros de comunicación gráfica se prevé ocurrieron haría unos 7.000 años, mientras que de la escritura con letra los primeros vestigios que se conocen datan de los 2.000 años A.C, en el pueblo fenicio (Murillo-Fuentes, 2002).

A pesar de que la escritura ha sido capaz de exceder su invención en sí misma, como se ha destacado ya, y por tanto, desborda cualquier otro hecho que haya alterado la vida de la humanidad, se ha adherido también a los pasos de ésta; a su evolución constante, pues no solamente ha suscitado los interrogantes sugeridos al principio de este artículo, relacionados con las implicaciones propias de su surgimiento y los préstamos que realizó a otros alfabetos, sino que su evolución histórica dependió en gran medida, según destaca el autor, del cambio de vida nómada a la sedentaria. En este orden de ideas, primero tuvieron lugar los pictogramas y luego las palabras. Esta última transformación, señala el autor, abre paso a “que la escritura se consagre de forma universal en todos los idiomas” (et al., 2002, p.46).

A esto respecto McLuhan, citado en Murillo-Fuentes, señala que “el alfabeto fonético es una tecnología única. Ha habido muchas clases de escrituras, pictográficas y silábicas, pero no hay más que un solo alfabeto fonético en el que las letras, que semánticamente carecen de sentido, se emplean para que correspondan a sonidos también carentes de significado semántico” (et al., 2002, p.46). Mas, agrega el autor, que las letras tal y como hoy se nos presentan sólo adquirieron su forma clásica alrededor del siglo II A.C. Y en el diseño propio de estas, continúa destacando el autor, los caracteres a destacar eran “la sencillez, el gusto romano por su claridad y el sentido griego de la belleza” (Foldes, citado en Murillo-Fuentes, 2002, p.46).

Así, otro antecedente relevante que permite comprender la importancia de los diseños en la literatura es un hecho citado por Murillo-Fuentes en el artículo referenciado en los apartes anteriores, el cual señala que “las letras eran dibujadas con un pincel sobre las piedras” (Murillo-Fuentes, 2002, p.46), e incluso, la letra Times, anota Murillo-Fuentes, la heredamos de los diseños antiguos. Pero no sólo en la antigüedad y en épocas lejanas como las ya citadas se pueden encontrar antecedentes claros que den cuenta de la estrechez entre el diseño y la literatura en la construcción y consolidación misma de la escritura.

La Importancia de lo Greco-Romano en dicha Relación

 

Así mismo, en Roma, un imperio de vital importancia para el mundo, gracias a los numerosos aportes físicos y arquitectónicos que ha hecho a las diferentes sociedades, también hay muestras de los tempranos, pero innegables híbridos, entre la literatura y el diseño gráfico; en tal caso la aplicación del primero permitió la proliferación del segundo a manera de inscripciones, en un acto de celebración y reconocimiento. “Para celebrar a sus generales y sus victorias, Roma, que se enorgullecía de sus éxitos imperiales y de sus conquistas, creó diseños monumentales con forma de letras, como parte de las inscripciones en la arquitectura. Las inscripciones romanas eran diseñadas para lograr gran belleza y permanencia” (Meggs, 1991, citado en Fuentes. 2002, p.46).

La Edad Media y el Scriptorium

En ese mismo sentido, otra etapa histórica de gran relevancia en este artículo, que por tanto cabe citar en este aparte, y que pone de manifiesto una vez más, la afinidad que subyace entre literatura y diseño, es la Edad Media, u oscurantismo, y la fe cristiana. Pues bien, durante los mil años abarcados por la edad media, se favoreció en gran medida la evolución de la escritura, no solamente porque esta “se adaptaba mejor a los trazos manuales” (Murillo-Fuentes, 2002 p.50), sino porque el continuo desarrollo de la misma trajo consigo la búsqueda de nuevos materiales para procurar su expansión; todo ello siempre en función del diseño y la comunicación. 

Por si fuera poco, esto produjo una preocupación mayor en quienes la practicaban en dicha época, como sugiere el texto referenciado, Puesto que los factores arriba mencionados, condujeron a una preparación y especialización mayor. Y fue justamente allí cuando en el cristianismo imperó el afán de conservar registros de los escritos religiosos; los cuales además de permitir la expansión de la doctrina, otorgaban una “suerte de memoria” a la escritura.

Es así como los hechos anteriormente detallados permiten que la escritura (foco de atención en el presente artículo) conlleve a la transformación y consolidación de ciertos ambientes en espacios que fortalecieron su proliferación. De este modo, los monasterios se convirtieron en centros de actividad intelectual y cultural, en los cuales se diseñaban manuscritos adornados con oro y plata; Dichos manuscritos obedecían al fin arriba descrito (preservar los hechos de carácter religioso que permitían a los feligreses seguir la doctrina del cristianismo) (et al., 2002).

El texto resultante, producto de la unión de escritura y gráficos particularmente atractivos, además de favorecer su carácter estético, llamaba la atención de los diseñadores y observadores, y con ello dio lugar a la búsqueda de personas con dones innatos para la fabricación inmediata de ejemplares con tales características, ya que los manuscritos a pesar de poseer un alto valor estético, “ayudaban a reforzar el significado visual que transmiten las palabras” (et al., 2002, p.46). De este modo, se abrió paso a la puesta en escena de tres (3) figuras que en adelante serían fundamentales para el diseño de todo material que contribuyera a trasladar la escritura a medios escritos.

Para la producción de estos libros, los monasterios contaban con un espacio especial llamado scriptorium. El titular de ese espacio, el scripttori, era un erudito que conocía el griego y el latín, y que se desempeñaba como editor y director de arte. El copisti era el escribano, es decir, el encargado de la transcripción de textos. También participaba el iluminador o ilustrador, que era el artista responsable de ejecutar los ornamentos y las imágenes que servían de complemento visual del texto. Así, la página de un manuscrito estaba no sólo en estrecha relación con el discurso hablado, sino también con el arte plástico y con la ilustración a color (et al., 2002 p.51).

Sin embargo, sostiene Murillo-Fuentes (2002), así como se producían avances graduales en lo que a la expansión del texto escrito respecta, también se ampliaba el espectro de los medios que permitirían su reproducción y observación, pues además de la piedra, la cual estaba siempre al servicio de los más poderosos, “se utilizaron la madera, la arcilla, piezas planas de la primera y tablillas de cera” (et al., 2002, p.51).

 Desde luego, el papiro (en el siglo XI) conforme sostiene fuentes (2002) representó junto al pergamino un avance importante para la preservación de la escritura. No obstante, dada la escasez del primero, de acuerdo con el texto referenciado, el uso del segundo se incrementa, dando lugar al códex (et al., 2002, p.51). El códex a diferencia del papiro se podía usar por las dos (2) caras, y en aras de facilitar la lectura de los contenidos se “encuadernaba a modo de libro en grupos de 2, 4 y 6 hojas” (Meggs, citado en Murillo-Fuentes 1992, p.47). El códex, es la base de la industria editorial que con todas las implicaciones anteriores ha llegado a nuestros días.

Discusión y Recomendaciones

A la luz de los hechos detallados hasta este punto es pertinente destacar que esa cercanía entre escritura y diseño de la que se ha venido exponiendo en este artículo, es la que abre paso a un gran número de textos enriquecidos que hoy abundan en los diferentes medios de comunicación escritos-digitales, y es tal el impacto del diseño sobre los medios, y tan marcada su estrechez con otros campos artísticos que en esa llegada de los diferentes artefactos a la vida de los individuos, se dificulta en gran medida comprender que previo a ese encuentro estos artefactos han debido pasar por un proceso de construcción; han debido ser pensados desde una dinámica específica que responde a necesidades únicas, conforme a unos destinatarios. En tal caso, lectores y escritores, han ayudado en gran medida a que de esta forma se llegue a entender la cercanía entre unos y otros, es decir, entre los artefactos, los libros, la escritura, los lectores y por su puesto el diseño gráfico.

No obstante, creemos que la verdadera razón de esta falta de atención al diseño gráfico radica más bien en su naturaleza peculiar, como tendremos ocasión de exponer. Sea como fuere, el caso es que con éste se produce una paradoja que podríamos denominar de omnipresencia invisible: buena parte de los productos eminentemente representativos, icónicos, simbólicos, o directamente miméticos que consumimos en la sociedad actual son o pasan por el diseño gráfico: carteles, anuncios, cubiertas de libros o discos, logotipos, folletos… Y, sin embargo, como decimos, pocas veces se reflexiona sobre su naturaleza, lenguaje, etc. (Ruiz-Martínez, 2009, p256).

El detalle de los hechos mencionados conforme a Murillo-Fuentes (2002), García-Rivera (1993)  y Ruiz-Martínez (2009) hasta este punto, ha permitido ahondar, destacar, e insistir en la relevancia de esa relación profunda que, según se ha venido citando, es inherente en lo que al plano lecto-escritor y el diseño gráfico respecta; sin embargo, esa proliferación de tecnologías sobre la que se esbozaba en la introducción del presente texto, es el punto de origen que da respuesta a los interrogantes planteados como eje central del escrito, así como ha hecho posible y dicho de alguna manera, notable, el acto de ese “reflexionar” implícito producto del trasegar en los orígenes de la literatura escrita, que finalmente es la que hoy nos permite volver sobre las obras literarias una y otra vez, sin importar si es la pantalla, o en su defecto el papel, el artífice de ese encuentro y primer contacto entre lector-texto. Al respecto de esta última premisa, se describirá en la parte final de este artículo, a groso modo, el panorama que atraviesa el plano de lo lecto-escritural, dadas las dinámicas tecnológicas actuales. 

El artículo “Niños y apps: aprendiendo a leer y escribir en digital” (García Rodríguez & Gómez-Díaz, 2016), habla de forma detalla y concreta sobre el proceso de adaptación e incorporación de dispositivos móviles al salón de clase, y cuáles podrían ser sus contribuciones al campo lecto-escritor. Así pues, el artículo señala en primera medida, tres (3) factores determinantes que harían posible llevar un dispositivo móvil a clase. “El uso de la tecnología por parte de los estudiantes, el ofrecimiento de una amplia gama de aplicaciones de parte de las empresas, y en tercer lugar la disponibilidad de los dispositivos por parte de alumnos y profesores” (García-Rodríguez & Gómez-Díaz, 2016, p.1).

Sin embargo, los factores anteriormente citados no son el único garante, y mucho menos la razón definitiva para el fomento de las tecnologías en el aula, específicamente en las actividades de lectura y escritura; por esta razón, las autoras realizaron una búsqueda en bases de datos diferentes (Wos, Scopus, Eric, Lisa, y Lista), de modo tal que los resultados allí obtenidos se correspondan con aquellos publicados en las revistas científicas (et al., 2016, p.5), pues pese a la proliferación de estas tecnologías en el aula, la cual es cada vez mayor, los resultados de cada búsqueda por separado son distintos.

Así, los resultados posteriores a la búsqueda de las autoras aquí citadas pese a ser específicos, arrojaron resultados particulares para ciertas poblaciones (niños con discapacidades, autistas, entre otras similares), razón por la cual, las autoras centran su indagación en las aplicaciones web destinadas a fortalecer los procesos de enseñanza de escritura y lectura. Tras esta nueva investigación encuentran el sitio biblioteca escolar digital, de la fundación Sánchez Rui Pérez y el portal eduteca.es, con más de 20 sitios web. En lo que refiere a las aplicaciones diseñadas para los sistemas operativos, las aplicaciones son ofertadas conforme a los modelos de negocio y sus características (de pago, versión libre, gratuita con compras integradas) (et a., 2016, p.8).

Por otro lado, y sin pretender restar importancia a los métodos de enseñanza, las autoras sostienen que el más pertinente, conforme al diseño de estas aplicaciones y la función que desempeñan, es el método Montessori, que consiste en permitir al educando la relación de letra/fonema seguido de una asociación con animales y objetos. Ahora bien, para evaluar su efectividad, existen según las autoras cuatro (4) criterios que permitirían a padres, estudiantes y docentes establecer una evaluación de las mismas, de modo que sea posible comprobar su utilización y pertinencia.

Dichos caracteres son: primero, la personificación, esto es permitir al estudiante potencial configurar aspectos tales como el tipo y fuente de letra, tamaño, activar la pronunciación, cambiar el nivel o el idioma, el orden de las letras, convertirse en protagonista, si se trata de la composición de un cuento; la segunda, la gamificación, esto es añadir mecánica de juego a una aplicación que carece de él; y por último, la interacción, que hace referencia a la socialización y el control parental, aplicado a las aplicaciones para su respectiva usabilidad (et al., 2016, p.11). 

Al respecto de la lecto-escritura las autoras mencionadas sugieren la consulta del sitio web, aprendices visuales.com, y el libro app del oledor, así como la descarga de apalabrados, el juego del ahorcado, Happi Pappi, Mr. Mousse, Leer paso a paso, Pop ABC o ABC Preschool (et al., 2016).

Conclusiones

Finalmente y conforme a lo sostenido hasta este punto, a modo de conclusión, es más que pertinente precisar que las tecnologías de la palabra como las denomina ONG, no son hijas exclusivas de una historia de ficción, la cual se hace verosímil y creíble al lector a través de su acontecer; detrás de ese “contrato” entre lectores- escritores pervive un proceso evolutivo complejo en el que el trazo supuso un avance único, sin el cual, la naturaleza de las frases, que trascendieron luego en obras, sería prácticamente impensable.

En pleno siglo XXI, el aporte de las disciplinas en las cuales la grafía (transcripción de los fonemas a cualquier medio de comunicación escrita) es determinante, no sólo porque ha logrado consumar un efecto estético que incide directamente en el texto y su recepción, sino porque hace posible, tangible, ese aparte, ese mensaje. El diseño gráfico, de acuerdo con Gil, citado en Ruiz-Martínez, (2009) prefigura y produce mensajes, pero requiere de las palabras para que el emisor potencial pueda decodificarlos correctamente y atribuirles el sentido que exija la situación, y a la inversa. 

Es tal la sincronía de estos dos componentes que olvidamos que esa escritura que tanto se ha reinventado y nos ha reinventado en la lectura, ha debido ser pensada como una unidad gráfica; en circunstancias gramaticales un grafema que sólo adquieren sentido si se asocian con objetos y se unen a otros. En definitiva, escritura   y arte gráfico son caracteres, cuya complementariedad es tan estrecha, que en la actualidad los textos escritos que los incorporan adquieren sentido inmediato   ante la mirada del lector. 

Referencias Bibliográficas

Casanny, D. (2008). Prácticas letradas contemporáneas. México: Ríos de Tinta.

Castelló-Llantada, C. (31 de Enero de 2018). Más allá del ebook la tableta o las redes sociales. Recuperado el 18 de Mayo de 2020, de Retina: https://retina.elpais.com/retina/2018/01/31/tendencias/1517418053_859383.html

García Rodríguez, A., & Gómez-Díaz, R. (2016). Niños y apps: aprendiendo a leer y escribir en digital. Álabe, 1(13), 1-23.

García-Rivera, G., & Martos-Nuñez, E. (1993). Estimulación lingüistica a través de los gráficos e imagenes. Revista Interuniversitaria de Formación de Profesorado, 1(18), 117-127.

Murillo-Fuentes, E. (2002). Diseño gráfico y literatura. Filología y Lingüística, 28(1), 45-56.

Ruiz-Martínez, J. M. (2009). Diseño gráfico, retórica y desfamiliarización: La representación de la violencia en las cubiertas diseñadas por Daniel Gil para la colección “El Libro de Bolsillo” de Alianza Editorial. Sociocriticism, 24(1-2), 253-280.